SOBRE MÍ

Mi nombre es María. Es un nombre común y simple. Nací en 1998 en Valladolid aunque desde siempre he estado viajando a Comillas, un pueblo encantador de Cantabria. Lo considero mi pueblo aunque, en realidad, no lo es. Comento brevemente que mis aficiones son el ciclismo (llevo montando en bici desde que tenía tres años y me hubiera gustado haberme dedicado profesionalmente a ello pero por circunstancias de la vida no pudo ser), la pesca (sobre todo la de río), el cuidado de mi huerto, la cocina (se me da muy bien la repostería), el cine de terror (me apasiona la película de Freaks aunque si tuviera que elegir una película favorita sin ninguna duda sería El diario de Noa) y, por supuesto, enseñar Química (ya que es lo que he estudiado) aunque reconozco que la Física no se me da nada mal. 

En cuanto a algunos aspectos de mi personalidad: me considero una persona alegre, risueña, trabajadora y constante aunque sí que es cierto que también soy bastante introvertida y tímida en determinados contextos y un poco cabezota.

Mis andanzas en el mundo educativo comenzaron a temprana edad. A los ocho años manifesté una clara intención de ser profesora (aún recuerdo cómo jugaba con mis muñecas imaginándome que eran personas de carne y hueso y yo era su profesora). También recuerdo que siempre se me ha dado bien explicar a mis compañeros de clase dudas o ejercicios que hacíamos en grupo. 

Desde que tenía tres años mis padres optaron por llevarme a un colegio concertado: el Apostolado del Sagrado Corazón de Jesús, donde estudié hasta los 18 años. Un gran recuerdo que me llevo de ese colegio es el de algunos profesores y profesoras que se portaron muy bien conmigo y me ayudaron un montón ya que yo padecí un TCA durante seis años y, aparte de que marcó un antes y un después en mi vida, lo pasé fatal. Gracias al apoyo y a la ayuda de mi profesora de inglés y lengua aprendí a irme superando a mi misma a pesar de las circunstancias. Gracias María Jesús. Siempre te llevo en mi corazón.

Cuando acabé segundo de Bachillerato estuve dando clases particulares de Física y ahí fue cuando realmente me di cuenta de que sí que servía para dar clases (al menos particulares y a pequeños grupos). Al principio no fue nada fácil ya que me surgían dudas que nunca se habían pasado por mi mente pero poco a poco fui entrando en la dinámica hasta día de hoy en el cual puedo decir que soy una gran profesora particular, que, como digo yo, por algo hay que empezar.

En vista a esto, los motivos por los cuales he decido hacer este máster pues resultan más que evidentes. Quiero ser profesora desde hace más de una década, creo que se me puede dar muy bien y, para mí, lo más importante (y que muchas veces te hace diferenciarte con el resto) es que se trata de una profesión puramente vocacional. No quiero ser profesora por el sueldo ni porque ahora se van a necesitar muchos profesores ni porque me ha dicho alguien que es muy fácil y que hay poco que hacer. Quiero ser profesora porque tengo ganas de enseñar, pero de verdad, con las mismas ganas con las que doy clases particulares pero ahora extendido a un grupo amplio. Eso es todo.

Aquí acaba mi breve reflexión. Espero que os haya gustado. Es mejorable como todo en esta vida. Destaco que la foto que aparece debajo la tomé durante una de mis rutas en bici. Me encanta experimentar con senderos desconocidos. 

¡Hasta la próxima entrada! 🌹🌹🌹